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Juan Manuel Díaz

Calima Adventure series 20.11.21

No sé bien qué hago escribiendo de aventura cuando me han hecho vibrar estos días con el triatlón. Creo que me hicieron despertar para retomar una historia que he iniciado varias veces y que no lograba cerrar porque me parecía imposible poder contarles todo lo me pasó y porque tampoco tengo claro cuándo inició la carrera de la Calimas Adventure Series en Palmira.

Sé que vienen historias maravillosas de cada uno de ustedes y no quisiera quedarme con las ganas de compartirles esta experiencia antes, porque llegué a la conclusión de que debo escribir y no por contarles, sino porque lo mejor de la vida está hecho para ser compartido.

Quisiere creer que mi carrera inició con el deseo de correr aventura o que inició cuando me uní a Tri&Tail, pero la verdad es que me llegan recuerdos de la infancia y momentos de la vida que me han traído a este punto; ahora entiendo mejor que sin importar las carreras, decidí que mi vida debe ser una aventura y la aventura debe ser mi vida, porque desde que recuerdo y mientras respire desearé esta allá afuera, con otros, en la naturaleza.

Quizá estando afuera inició todo esto. Esperaba una carrera desde hace 2 años y tuvo que ser cancelada porque no hubo suficientes inscritos; no sabría decir que es más triste: que se cancelara la carrera o que no hubiera inscritos; lo cierto es que con la carrera, también se esfumó una oportunidad de un cupo en un equipo de élite y la esperanza de tener un sí entre los miembros de Tri&Trail para hacer carrera juntos (físicamente). Parecía fácil ahogarse en ese mar y solo la idea de no parar me sacó a flote. Me abracé tan fuerte como pude a ese salvavidas y las cosas comenzaron a cambiar… se conformó un equipo de aventura a través del teléfono, sí así no más, con el felling que dejaba una llamada telefónica estuvimos cuatro perfectos desconocidos listos para cruzar una línea de partida juntos, disfrutar tanto del sufrimiento como de la dicha que significaría cruzar la meta en equipo. Es grato ver cómo todo en la vida se traduce en buscar y encontrar algo de balance.

Fue así como ante una carrera esfumada, apareció la Calimas y con ella la idea de no parar se hinchó a un tamaño que no conocía y esta carrera se convirtió en la más importante de mi agenda en 2021.

Logramos el cupo y ya estábamos en carrera y era mi primera vez. Mi primera vez en cuarteto y con este cuarteto específicamente, mi primera vez en categoría expedición y la primera como capitán de equipo y para ser honesto, tenía mil dudas en mi cabeza como sucede en toda primera vez. La idea de no parar me ayudó a desvanecer las dudas y con el testimonio que cada uno de ustedes me da en cada entreno y en cada carrera que comparten, quedo claro que vamos pa´lante. Creo que mi equipo reconoció mi determinación de no parar al momento de convocarlos y para reconocerme como capitán del equipo a pesar de que no era el más experimentado. Todo listo y ahora, ¿hacia dónde vamos? Todo era desconocido, pero con rareza familiar. Se aproximaba la fecha y unos días antes nos llega la noticia del cierre de la línea y decidimos manejar por el alto de letras y adelantarnos 8 horas el viaje como contingencia, esperando que tuviéramos ventaja suficiente para llegar a hora decente, pero ninguna contingencia vio venir que todo el país se movía por una sola arteria y el tráfico nos consumió 24 horas de viaje. Subiendo a letras recordaba la bicicleteada con Tri&Trail, allí había testimonio de los que significa no parar y estaba la voz de Talu en el aire y no vamos a parar. Varias veces en el encierro del carro, alguien decía… ¿será que si vamos a llegar?... ¿será que nos devolvemos a Bogotá?, pero yo respondía que lo lograríamos y cuando me di cuenta dentro del carro detenido, ya estábamos en carrera.

En la noche del sábado al llegar a Palmira, no hubo tiempo para pensar en el cansancio. Apenas tuvimos tiempo de preparar equipo, dormir algo y estar listos a las 5:50 am en la línea de partida para recibir los mapas. Para que ser hagan una idea con el tema de los mapas… esta es la mejor parte de una carrera de aventura… estas en la línea de salida, pero no se sabe hacia dónde se va, uno solo se entera de la ruta 10 minutos antes de salir. Imaginen por un momento estar en una línea de partida, se llega el momento de salir, pero no saben en qué dirección o nada de los está por delante. Es emocionante porque la única certeza que debe haber es que se está preparado para lo que sea. Si existe esa confianza y uno se consagra a la idea de no parar, explota la bomba en el alma, es una expresión de estar vivo y estar dispuesto a vivir intensamente. Una carrera de aventura puede durar días u horas, pero por dentro es como si transcurrieran años… se pasa por todas las emociones conocidas y aparecen emociones desconocidas, se explora la fibra nerviosa más profunda y se rompen tantos límites… siempre se debe ir ligero y les aseguro que la cabeza se limpia de muchas cosas inútiles.

Arrancamos fuertes, tenía el segundo juego de mapas y era el orientador de soporte. Siendo honesto, solo me pude ubicar a partir del PC 3 y solo llegue consiente hasta el PC19, esto fue un poco más de la mitad de la carrera y luego, no alcancé a hacer un cambio de mapas y desistí de leer mapa y me puse en manos de nuestro orientador. En verdad ese rol del equipo tiene una exigencia especial que me parece atractiva… y me coquetea. Si todo se trata de encontrar algo de balance, este deporte es una gran escuela, porque hay una línea delgadita entre permanecer concentrado y estar cansado y se debe respetar mientras dure la carrera.

Vinieron todo tipo de recuerdos, incluso de las personas que ya se fueron. Mi abuelo se hubiera gozado mucho una carrera de estas. El dolor de los músculos se empieza a convertir en el mejor amigo y fuimos a tope. 80 km es una carrera corta en aventura y la topografía casi plana, tradujo todo esfuerzo en velocidad y no hubo afloje. Caro la mente fuerte femenina, me escrutó y me sacó en dos oportunidades de un bajón de ritmo… como si me conociera de siempre, usaba las palabras correctas… estamos acá para no parar, ¡gracias Caro! Cuando llegamos a la última etapa, en la transición los jueces nos indicaron que entrabamos en quinta posición. Todo puede pasar y le dije al equipo… es nuestro último tramo, pero nuestro mejor esfuerzo, vamos a apretar porque no sabemos lo que pueda pasar. Arrancamos fuertes y a la distancia vimos dos equipos, la navegación fue perfecta en ese tramo y todas las decisiones que se tomaron fueron acortando distancia y todos empezaron a apretar también. Ya de cerca, vi que los equipos eran personas más jóvenes que yo y encontramos una ventaja, pues en nuestra edad todos teníamos la determinación de no darnos por vencido y soportamos mejor la presión. Un equipo se detuvo y lo pasamos y el otro que jugaba de local, parecía un fantasma… a veces lo veía cerca detrás de mí y de repente desaparecía y así duramos varias horas hasta que en una última decisión nos salieron adelante y se dirigían hacia un bosque y del otro lado, estaba la última transición. No me importó verlos adelante, estaba tan feliz de estar aventurando fuera del límite que conocía y mi corazón latía tan fuerte que lo único que corría por mis venas era una gratitud enorme y un compromiso conmigo mismo de seguir este rumbo. El equipo tenía clara la ruta de regreso porque al iniciar la etapa dejamos nuestros puntos de referencia en el bosque y fuimos ágiles, cuando llegamos a las bicicletas los jueces nos dijeron muy bien van terceros…. Fue la transición más rápida de la vida, casi que en una sola exhalación estuvimos rodando y con pito en boca hicimos mucho ruido y todo el mundo abría pasó para dejarnos llegar a un tercer lugar y tener derecho a poner mi corazón en un podio. Nos abrazamos y queríamos saber qué les pasó a quienes estaban por delante, llegaron solo un minuto y medio detrás nuestro y sentí deseo de compartir esa victoria con ellos porque fueron guerreros, pero el sinsabor no los dejaba disfrutar, pues se les escabulló el podio en el último momento.

Y así fue mi primera vez…. Mi primera vez en un podio, mi primera vez en la que al verme al espejo no me reconocía bien y me encantó ver a otra persona frente a mis ojos. Con los ojos aguados, esa persona me dijo, ya nada volverá a ser como lo conoces.

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