Nota: Me gusta más el nombre ancestral de nuestras cumbres, me resulta más auténtico.
Llegar al Dulima, me tomo varios años, desde la epoca de escalada empezamos a entrenar pero el esfuerzo se quedó en un anhelado viaje. Casi una decada después, un gran amigo de aventura nos invito a celebrar su cumpleaños en el Nevado Santa Isabel y las ideas de alta montaña empezaron a tomar forma en el 2021.
En el 2023 a raíz de las fotos que me gusta compartir de montaña y conversando en caminatas, algunos amigos me empezaron a preguntar cómo hacer montaña, que querían ir y sin yo ser una experta me di a la tarea de armar un grupo, repetir Santa Isabel, Cocuy con el ánimo de retomar la idea del Dulima (para mi no es inconveniente volver al mismo lugar, pues la montaña siempre te muestra una cara distinta).
La materialización del sueño
Definir la fecha, organizar el grupo, reservar con el operador, caminatas de preparación, reto en STRAVA para hacer seguimiento a la preparación del equipo.
La realidad de la montaña
Si pudieramos dimensionar lo que implica la alta montaña; largas jornadas de caminata, ajustar la maleta para cada día, cargar el equipo, adaptarse a los cambios de clima y altura, la comida y la dormida en sitios incomodos, tal vez lo pensariamos dos veces antes de subir. Pero todo esto es lo que resulta ser una gran aventura, la mejor manera de vivirlo es la apertura a vivir la experiencia.
Día 1 - Empezó la aventura
Mucha ansiedad, alegría y buena onda de los amigos y guias.
Desayunamos y nos preparamos en Salento para ir camino al Valle del Cocora.
Nos esperaban 18 kms. de caminata, empezando por un camino entre el Río Cardenas atravesando 6 puentes colgantes que atravesamos haciendo fila para pasar 1 por 1.
Hicimos paradas cortas hasta La estrella donde tuvimos un mayor tiempo para descansar, comer y continuar la marcha.
Almorzamos en el camino, disfrutando el paisaje que nos empezaba a mostrar unos frailejones muy lindos, la altura se empezaba a sentir.
Llegamos al hospedaje la Primavera, una casa campesina, donde los más avispados lograron acomodarse en los camarotes con mejor ubicación y algunos pagamos $7.000 pesitos para bañarnos con agua caliente. Durante la tarde pudimos ver el Dulima entre las nubes y tomamos algunas fotos.
Día 2 - Camino al campo base
Por fortuna no tuvimos que madrugar y el sol nos acompañaba. Se sentía la altura y comenzamos nuestro camino al campo base. EMOCIÓN.
Fue una caminata con peso, cargando el suficiente agua para el día y la caminata de la cumbre. Caminamos acompañados de unas montañas imponentes, por un camino de frailejones esponjositos, que se veían mucho más saludables que los que pude ver recientemente en el Páramo Sumapaz.
Pasamos a la zona de arenales, una caminata dura y de paciencia, ya sentía el cansancio, algunos caminantes bajaban y nos deseaban buena cumbre y eso me llenó de ánimo.
En el campo base nos acompañó una bella ave, el guardabosques cenizo que andaba por ahí a tremenda altura acompañándonos en el descanso.
Después de comer unas ricas pastas en el campo base, lista para dormir, al estar lista en el sleeping sentí un pequeño crujido en el estómago , una alerta que me llevó a pararme, buscar la pala y un espacio no muy lejano “para ir al baño” (un amigo me dijo que la gente se pierde muchas veces al ir al baño por alejarse mucho de las carpas, me asegure de ver siempre las carpas).
Intentar Dormir.
Día 3 - Intento de cumbre
Salir del slepping a la 1:00 am, escuchando la fuerza del viento es todo un reto. Solo pensaba si la ropa que llevaba sería suficiente y si mi cuerpo podría llegar a los 5.220 msnm.
Tomamos agua de panela y emprendimos camino a la cumbre.
Caminamos lento, normalmente preparo un mantra, esta vez solo pensaba en dar las gracias, gracias a la montaña, gracias al universo, gracias a los amigos de montaña, gracias a la vida por permitirme vivir esto, por tener la fortuna de hacerlo.
Mi estómago volvió a darme una alerta, me sentía fatal pero a esa hora solo pensé en respirar, pensar en cada paso, concentrarme.
Llegamos a borde de nieve, me demoré mucho en ponerme los crampones y alistar el equipo, todo es más lento en ese momento, me sentía un poco inquieta por mi malestar.
Empezamos a subir y mi panza seguía alborotada, en esos momentos recordé la historia de Jorgito en los Volcanes y de algún modo dije, si Jorgito pudo terminar con un malestar, yo lo puedo hacer. Caminar lento, respirar, concentración, eso le decía a mi mente. Pensé en las aventuras de Talu en Chile y me llené de inspiración.
El amanecer nos trajo una vista indescriptible, no quería sacar el celular para tomar fotos, hacía mucho frío solo quería continuar, Lina* me dijo, por favor guarda este momento en tu memoria y nos quedamos allí contemplando el paisaje. En la foto esa imagen que si logró capturar Tiziano.
Antes de coronar la cumbre, sentí demasiada emoción, muchas ganas de llorar y una sensación de grandeza. En la cumbre la emoción colectiva fue mayor, todos nos dimos un gran abrazo.
No fue un intento de cumbre, logramos la cumbre.
Día 4- El Camino de regreso
El viaje no termina en la cumbre, el viaje termina cuando llegamos a Salento dijo un amigo.
Al llegar a la primavera nos sentimos con la sensación del deber cumplido, esto nos permitió descansar y reponernos para emprender la caminata de regreso.
Mis pies estaban muy cansados, la bajada puede ser más dura pero por fortuna hubo gente en el camino para charlar y hacer la jornada más ligera.
Al llegar al Valle de Cocora, la alegría fue mayor, llegar bien pesé a que 3 personas de 12 no lograron cumbre.
Los aprendizajes
La cumbre es lo que cada uno se lleva de la montaña. No solo es la cumbre, es cada paso, es la experiencia que cada uno tenemos con la montaña.
Se trata de la cumbre y también del trabajo en equipo, el compartir sonrisas, llantos, miedos, alegrías que hacen que todo tenga más sentido.
La preparación hace la diferencia, pusimos un reto en STRAVA para poder estar todos en buen estado fisico, curiosamente las ultimas 3 personas que no entrenaron con tanto rigor, no lograron la cumbre. Pese a que este no es el unico factor para lograrlo, los datos nos demostraron que la disciplina tiene una recompensa.
No sería lo mismo sin los grandes amigos de montaña, Bibi, Lina, Lau, Gina, Nico, Fede, Dave, Tizi, Morli, Juan y Lore ❤️.
¿Vamos a la montaña? 🏔️
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