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Talu Realpe

El desquite de Guatapé

Tenía muchas ganas de participar en el tri de Guatapé. Esta carrera junto con Calima, son mis lugares favoritos de Colombia para hacer tri; por sus paisajes y lo duro del recorrido. Entre más desnivel tenga, mejor me siento.

Competí 4 carreras con diferencia de 15 días entre cada una y la que más me gustaba, era la última. Dudé en cambiarme a distancia estándar, porque era demasiado en un mes, pero al ver que pocas mujeres se animan a hacer distancia media, me volvieron las ganas de estar ahí.


La última vez que había competido en Guatapé fue en el 2018. Este año, se animaron a competir unos pupilos y pensé en participar junto a ellos. Esa vez le pregunté a Germán, (mi sensei de siempre en tri). ¿Compito en élite o en categorías? (Pues llevaba varios años sin competir en élite) Me dijo: en élite, mídete con las mejores. Yo muy obediente me inscribí en élite y quedé tercera en élite; pero me descalificaron porque yo no podía haber competido en élite. Me pareció injusto. Si me dicen que no puedo al realizar la inscripción, no hay problema, corro como categoría. Pero la Federación me deja inscribir, me entrega el kit, me deja arrancar y sólo cuando me va bien, me descalifica… Me dicen que yo llevaba mucho tiempo sin correr en élite y que para hacerlo debía haber participado en unos chequeos, debía estar en una liga, que quién soy yo para competir en élite 🤷🏻‍♀, en fin, quedé de quinta o sexta en la general y tercera en élite. ¿No merezco estar ahí? Pero bueno, entiendo sus reglas, pero en lo que no estaba de acuerdo, es que no me digan antes de participar.

En esta ocasión, la carrera no la organiza la Federación y eso me motiva a ir, siento que la hace más incluyente, qué hay un poco más de empatía con los corredores.


De nuevo Germán y yo estamos conectados en motivación. Quiere tanto cómo yo, que me vaya muy bien, y esta súper pendiente en todo momento. Vamos por la revancha.

Antes de empezar a nadar, hay un señor tocando música clásica, ¡bellísima por cierto! y me recuerda a los músicos que están dispuestos a hundirse junto con el Titanic, haciendo lo que les gusta… esperemos que este no sea el caso en la carrera y todos salgan ilesos del agua. Haciendo un recuento, cuando comencé a competir, lo que más me costaba era la natación, y al salir del agua, en un triatlón, celebraba como si ya hubiese acabado la carrera.


Arranco la natación de media distancia. Primero salen los hombres, a los 30” aprox., los relevos y a los 30” aprox., las mujeres. No hay mucho control y algunos hombres de relevos arrancan a la vez, con los que hacen distancia completa.


Empiezo a nadar detrás de 130 personas y recuerdo nuevamente el Titanic, la escena donde las personas están flotando en el agua, tras hundirse el barco y debo esquivarlos para llegar a la boya roja. Mientras avanzo, alcanzo a mi parcerito Julián Muñoz, le toco la espalda para que me coja rueda en el agua, en el 2012, corrimos como élites en la distancia media en Calima y ¡ganamos juntos! Después corrimos el 70.3 en Panamá en categoría por edad y ¡ganamos juntos! El día anterior le había dicho, ¿vamos a repetir la hazaña?, y le mando foto del recuerdo para motivarlo. Es incontable la cantidad de anécdotas que tenemos juntos, hemos corrido en el mismo equipo de carreras de aventura y coincidimos en muchas carreras de Trail, duatlón y triatlón. De esas personas que no necesitas ver todos los días para saber que cuentas con ellas, de esas personas que admiro y quiero, de esos buenos amigos.

Salgo del agua y es tal cual como me imaginé, un tobogán de barro divertidísimo, donde si me caigo, hago efecto dominó y podremos volver unos cinco al agua. Casi que hay que subir gateando y ayudándose de las manos de los grandiosos voluntarios.

Al salir me preguntan si soy de relevos o completo. Digo completo y me dicen ¡vas primera! ¡Qué bueno saberlo! porque me parecía difícil conocer la posición, sabiendo que están en curso tres distancias diferentes.

Comienzo a montar y esta vez llevo reloj, no quiero perderme en el número de vueltas (son 6, el equivalente a 90 km), pero que bestia, miro la pantalla y me doy cuenta de que tengo todos los datos, ¡menos la distancia! ¿Cómo no revisé? Decido no volver a mirar el reloj hasta acabar la carrera, porque era para lo único que necesitaba. Acudo a mi plan B: He pegado 4 geles en el marco de la bici y me debo comer uno cada 2 vueltas. Es otra manera de contarlas. Terminé concentrándome tanto en las 6 vueltas, para no equivocarme, que nunca pensé en los 90 km y se me pasó rápido el ciclismo.


Un señor va a rueda mía y la forma de ayudarme es compartiéndome hidratación; se me había resbalado la caramañola que me intentaron dar en el camino.

Voy muy feliz en la bici y una de las motivaciones fue ver a Luisfer montando en el lote puntero de los hombres de media distancia. Adrenalina pura, donde no puedes desconcéntrate un segundo porque te quedas.

Me cruzo con muchas personas en sprint y es inevitable como entrenadora ir dándoles consejos: “sube un piñón”, “bájale el plato”, “súbele al sillín”, etc.


Eso sí, también veo como Laura (la segunda chica) me va descontando la distancia en cada vuelta. Miro referencias. Pasó en los kayaks, siguiente vuelta, pasó antes, en la puerta grande y así hasta alcanzarme en el regreso de la última vuelta. Le digo que el año pasado la vi muy fuerte hasta que se pinchó. Y me contó que no se había pinchado, que se había caído. Le dije bueno, este año es tu desquite y la motivo. Llegamos juntas a la transición y los segundos que gano por no ponerme medias y hacer una buena transición, los pierdo cayéndome en plancha.


Comienzo a correr y siento la vuelta más suave que cuando hicimos el reconocimiento en bici. Me rio de mí misma porque corro muy rápido, me canso, camino, suspiro y repito. No logro correr suave y constante.


En un momento le pido Coca Cola a alguien del público y mi pupilo Juanpa también me da; ahora soy yo la que veo atrás cada vez más lejos a Laura en cada vuelta. En una me la cruzo y le ofrezco Coca Cola. Me dice, que ya le bajé que estoy sobrada en atletismo.


Paso la meta de primera, feliz, pensando que gané gracias a todas las ganas que tenia de estar ahí. Con agradecimiento hacia los voluntarios, hacia el organizador y cada persona que me dio un grito de aliento. Me siento orgullosa de mis pupilos que han logrado acabar con éxito la carrera y me dieron ese último aliento para acabar, energía pura cada que me los encontraba.


Me dan un trofeo bellísimo y me dicen que soy la reina de Guatapé y pienso: reina, pero con manos y pies de princesa, porque tengo ampollas en los dos.




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2 commentaires


diacest
23 juil. 2023

La grandeza que hay en tí te hace triunfar! Gracias a tu alegría a la hora de competir disfruté ese recorrido en bici. Siguenos enseñándonos a ser Grandes ;)

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Claudia Torres Torres
Claudia Torres Torres
22 juil. 2023

Wow! te admiro tanto! Te leo y me traslado al momento, transmites la emoción y las ganas de hacerlo. Para mi eres la reina de la montaña y del Triatlón, pero sobre todo eso la mejor Coach!

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