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Musis Realpe

Y... ¿Cuál es el próximo?


Los Cabos 2023... Esas carreras que te inscribes sin saber en que te metiste... al contrario de lo que escuché de mis compañeros, a mi me pareció dura... tal vez por como me sentí o tal vez por la altimetría que tenía jaja no sé... sin embargo, me la gocé toda.


A diferencia de mi experiencia con Cartagena (difícil no comparar), las mil sensaciones que se sienten (ansiedad, felicidad, nervios, miedo, angustia, entre otros jaja), las sentí de manera diferente... en Cartagena sentí todo en un solo día. En Cabos sentí: tres días antes, mucha ansiedad... dos días antes, muchos nervios... un día antes, tranquilidad, había hecho todo lo que me había dicho Talú; y el día de la carrera, me sentía confiada, tanto, que le dije a Ma Andrea: "hagámonos en la ola de 31 a 33" (aún cuando sabía que no era mi tiempo), se nos unió Andre y Angie en el mismo corral, y que momento más divertido y ameno pasamos (Sergio puede dar fe de ello jajaja).


No me había inscrito en un 70.3 en 7 años... realmente, porque no había salido un grupo para hacerlo, y cuando vi que en la lista se estaban sumando varios, me animé y animé a Taty, de nuevo... sin saber en qué me estaba metiendo, no sabía dónde quedaba Cabos, no sabía la altimetría, solo sabía que íbamos varios y así es más divertido entrenar para una carrera.


Entrenar sirve, es mi conclusión jajaja, suena chistoso, pero es cierto, entrenar tanta natación, sentirme bien en Anapoima nadando en aguas abiertas, tener malas experiencias en Tominé, probar el agua el día anterior a la carrera y todo lo que nos enseña Talú y Samuel, hacen que uno aprenda a conocerse, y así, tener más confianza; sé que más de uno me dirá: "pero tu eres buena nadando", pero la verdad, es que mi relación en las competencias anteriores... no había disfrutado el agua hasta esta oportunidad... Que delicia sentirse bien, fuerte, pasando gente, cogiendo rueda (confiando en que me lleve por el camino más recto posible de una boya a otra), tener la lucidez de ver el paisaje, las aguamalas, concentrarse en la técnica, avanzar y sentirme feliz.


Salí a correr a buscar mi bici... esa bici que tanto hablamos de "y ¿Cómo será la altimetría?", el día anterior habíamos montado un pedazo de la ruta aprovechando para dejarla en la transición, había un buen repecho que teníamos que pasar dos veces... nos dimos cuenta que íbamos a jugar con los cambios y mucho... la acoplada sería por pedazos y había que pararse en más de un punto, en fin... empecé a rodar y me dolían las piernas, ¿será que me faltó otro masaje? ¿Debí hacer más fortalecimiento?... mejor dicho, vamo'a darle.


Es demasiada felicidad pasar gente en subidas, se nota el entreno que hacemos y el beneficio de las rutas que tenemos; pasar hombres y mujeres que se veían muy duros y le daban durísimo en la parte plana, pero llegaba el repecho y pasarlos "tranquila" daba mucha felicidad. Vi a todo Tri&Trail en la bici y me daba felicidad animarlos y ser animada, en la zona donde había barra, levantaba los brazos, me gozaba todo, me daba golpes en las piernas (para disminuir el dolor de los calambres) y me animaba a mi misma para dar lo mejor de mi; los paisajes... increíbles, habían un par de vistas de la playa, se veía hermoso. Tocaba andar con cuidado, muchas caramañolas en el piso, se me soltó una vez la cadena y me toco bajarme a ponerla (no me funcionó la técnica de "devuelva el cambio" jaja), cuando iba acoplada, sonreía al ver el tatuaje de mi carita feliz, y me animaba una y otra vez, muchas veces "vamos, vamos" y otras pensando... "que no me alcance Andre, que no me alcance Andre", y luego: "Andre... ¡alcánzame!" así como en Anapoima que nos disfrutamos teniéndonos como objetivo, como dicen y debe ser: competencia sana.


En un momento me di cuenta que me había puesto las medias en la transición con mucha arena y me dije a misma, mi misma, coge una caramañola con agua en el último punto de hidratación, te lavas bien los pies, volteas y sacudes las medias; esperando que sea la mejor solución para poder correr sin la sensación de la arena en los pies.


Dicho y hecho, llegué a la transición, feliz de ver a mis papás, escucharlos animarme me saca una sonrisa más grande aún de la que llevaba y pies limpios... ahora si, a correr.


Uff durísimo, me dolían las piernas, no podía dar un paso más de lo encalambrada que estaba, me toco parar, estirar, intentaba de nuevo, nada que lograba que mis piernas soltaran, me acordaba de Taty diciendo que lo mejor es darse golpes para disminuir los calambres y así hice, en las piernas, en las nalgas, volví a parar, quería llorar, un señor me dice... "estira, estira que así hice yo y seguro sueltas para empezar a correr"... estiré otro poco en el andén y empecé a correr engarrotada, que dolor... sin embargo ver a los del equipo me daban ganas de gritarles, de animarlos y decir que felicidad estar acá con todos ellos. De nuevo paré y un chico me dice... "¿tienes calambre? ponte hielo" y yo :O ¡que buena idea!, me iluminó el camino del atletismo jajaja uy no se imaginan el alivio tan grande sentir el hielo en mis piernas, en mis nalgas jaja... y luego otra chica me dijo, "ponte el hielo dentro del traje" y yo :O ¡que buena idea! jajaja me sentí primípara en cuestiones de calambres. De ahí en adelante no pase un puesto de hidratación sin coger hielo para dormir mis piernas y poder continuar (en un par de fotos se alcanza a ver los hielos en el traje jaja), no iba a un ritmo rápido, iba a un ritmo que podía aguantar para acabar la carrera... así como dice Talú, pasito de señora que anda en el parque jajaja... Tuve el error de parar en dos puestos, era la tortura más grande volver a empezar, me dolía nivel de querer rendirme... pero lograba volver a coger el ritmito de señora de parque... y a gozarme la barra, pasaba la mano, de nuevo levantaba los brazos, agradecía ver a la barra brava, a nuestra barra brava, un colombiano me animaba cada que me veía, otros me decían "vamos Musitas" leyendo el nombre en el traje, admito que me gocé ese recorrido, que aunque tortuoso, era más la felicidad.


Ver ese tapete rojo es una cosa de locos, es una sensación indescriptible, no se que piense las miles de personas que lo ven en miles de carreras, pero a mi me parece increíble... lloré (esta vez no fue un kilómetro entero como en Cartagena), pero si lloré y mucho... darme cuenta que había sacado adelante el atletismo, que había logrado terminar otro 70.3, que llegaba con una sonrisa gigante, que si puedo, de terminar un proceso gigante que tiene mil cosas, muchos entrenos, muchos "sacrificios", muchos recuerdos llenos de felicidad, que te das cuenta que no es solo una llegada, es mucho más que eso.


Seguro me faltan mil detalles por escribir, se quedarán conmigo y con las personas que lo viví, pero por ahora: agradezco infinito a mi entrenadora, la más grande del mundo mundial, en serio que la palabra gracias, se queda corta ante tanto que me aporta. A mi familia que me apoya y me acompaña en estas locuras, a mis papás que me acompañaron y espero sepan la felicidad de verlos y escucharlos en cada grito. A Nanan y familia que se que están presentes, a mi hermana que me metió en esto y es un apoyo increíble, extendida a Luisferchito que me enseña y me cuida. A mis compañeros de entreno (a todos los que en un momento me acompañaron), a Taty que me siguió la corriente y nos apoyamos en los entrenos y en los no entrenos jajaja, a los que me apoyaron y ayudaron, a los que estuvieron pendientes de mi: ¡Gracias! Mejor dicho, sentirse rodeada de amor da mucha felicidad.


Ya en el lugar donde nos estábamos quedando y después de conversar con mis papás, me dice mi mamá... y ¿cuál es el próximo?

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